domingo, 27 de febrero de 2011

Los viejos bosques de Asturias



En este pueblo, en Asturias, había un alma que vivía en un cuerpo. 
Era el alma del bosque. Durante miles y miles de años la gente que había entonces vivía en él, formando parte suya, no como si fuera algo distinto de ellos. Cazaban, pescaban y cogían los frutos, y no se hacían preguntas. 
Había pocas palabras. 
Luego vino la agricultura, y la ganadería, y los hombres fueron arrinconando el bosque, acabando con él. La gente de esta tierra se separó del bosque, y fueron creciendo y expandiéndose por todas partes a costa suya. 
Después llegó la minería , que era una tradición antigua, y la industria, las ciudades. 
La gente de los pueblos y las aldeas se fue a ellas, olvidándose de lo que eran. 
El campo se fue volviendo también un alma en pena, un espíritu sin cuerpo. La minería lo es casi ya también. 
Son las almas en pena de este pueblo, cada una fue consumiendo el cuerpo de la anterior. 

Pero la primera y más antigua está en el bosque.

Pedro de Silva
1995


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